- Lunes, 14 Marzo 2016
Microsoft ha probado un prototipo de un centro de datos independiente que puede funcionar bajo de superficie del océano, en los esfuerzos para reducir la necesidad de costosos sistemas de aire acondicionado.
Hoy en día, los centros de datos contienen miles de servidores informáticos que generan gran cantidad de calor. Cuando los centros de datos se calientan demasiado, los servidores caen. La gestión térmica se está convirtiendo en una parte cada vez más importante y costosa de la informática industrial y de la empresa. Microsoft cree que poner los servidores bajo el agua fría del océano podría enfriar los centros de datos sin aire acondicionado. Siendo muy dependiente de refrigeración pasiva: la interfaz debe permitir una excelente conducción térmica lejos de las fuentes de calor para el medio ambiente.
Esta solución también podría abordar las exponencialmente crecientes demandas de energía de la informática, ya que Microsoft está considerando la cosecha de electricidad a partir del movimiento del agua de mar circundante. Uno de los aspectos del proyecto que tiene el potencial más obvio, es que incluye ya sea una turbina o un sistema de energía de mareas para generar electricidad. Durante años, los principales proveedores de cloud computing han estado buscando sitios en todo el mundo, en el que puedan utilizar la energía verde y aprovechar el entorno que lo rodea.
La demanda de computación centralizada ha ido creciendo exponencialmente. Microsoft gestiona más de 100 centros de datos en todo el mundo y crece rápidamente. La compañía ha invertido más 15.000 millones de dólares en una red de centros de datos global. En 2014, los ingenieros en el NeXT de Microsoft Research comenzaron a pensar en un nuevo enfoque para acelerar el proceso de agregar nueva capacidad de computación en sistemas informáticos en la nube.
Microsoft fabricó un gran tubo de acero blanco, con ocho pies de diámetro, cubierto con intercambiadores de calor, con sus extremos sellados por placas metálicas y tornillos grandes. En el interior había un único rack de computación de centro de datos que se bañó en nitrógeno a presión para eliminar eficazmente el calor de los chips informáticos. Esta solución podría dar lugar a conjuntos de grandes tubos de acero unidos por cables de fibra óptica colocados en el fondo del mar, o suspendidos bajo la superficie para capturar la corriente del océano con las turbinas que generan electricidad.
La compañía ha completado recientemente un ensayo de 105 días de la cápsula de acero, sumergida 30 pies bajo el agua en el Océano Pacífico frente a la costa central de California. El ensayo tuvo más éxito de lo esperado, incluso ejecutando proyectos de procesamiento de datos comerciales del servicio de computación en la nube Microsoft Azure.
Las nuevas cápsulas submarinas están diseñadas para ser ubicadas en su lugar sin mantenimiento durante cinco años. Eso significa que los servidores, incluyendo todos los materiales de interfaz y adhesivos, tiene que ser lo suficientemente resistentes para durar cinco años sin necesidad de reparaciones. Eso es más de lo que se espera actualmente de estos materiales, y que tendrá que mejorar con el fin de operar durante todo este tiempo en la cápsula bajo el agua.
Si estos centros de datos no necesitan mantenimiento, se hace posible rediseñar su alineación física.Los servidores se colocan en bastidores de manera que puedan ser mantenidos por los seres humanos. Sin mantenimiento, puede ser posible reorientarlos de una manera más eficiente.
Mediante el uso de estas cápsulas bajo el agua, puede ser posible acortar el tiempo de despliegue de nuevos centros de datos, desde dos años a sólo 90 días, que ofrece una enorme ventaja en costes y mucho más flexibilidad.
Los contenedores de servidor bajo el agua también podría ayudar a los servicios web a trabajar más rápido. Gran parte de la población mundial vive en centros urbanos cercanos a los océanos. Los centros de datos se construyen generalmente en zonas rurales donde la tierra es barata. La capacidad de colocar la potencia de computación más cerca de los usuarios reduce la latencia experimentada por los usuarios.
Una idea tan radical podría encontrarse con obstáculos, como los problemas ambientales y problemas técnicos imprevistos. Los investigadores se habían preocupado por los fallos de hardware y fugas. El sistema bajo el agua estaba equipado con 100 sensores diferentes para medir la presión, la humedad, el movimiento y otras condiciones para comprender mejor lo que es operar en un entorno submarino, donde las reparaciones bajo demanda no son posibles.
El grupo de investigación ha comenzado a diseñar un sistema bajo el agua que será tres veces más grande. Podría ser construido para incorporar un sistema de energía alternativa basada en el océano. Los ingenieros de Microsoft dijeron que esperaban comenzar una nueva prueba el próximo año, posiblemente cerca de Florida o en el norte de Europa, donde ya hay grandes proyectos de energía maremotriz en curso.