El seguimiento del estado de un activo mediante su mantenimiento periódico puede ayudar a identificar problemas que pueden acabar siendo importantes. En este artículo, Alexander Bardakov, un ingeniero de aplicaciones de campo de Fluke, especializado en termografía industrial, explica cómo la termografía industrial ofrece soluciones que abordan las tendencias emergentes en la estrategia de mantenimiento.

Una planta con un buen mantenimiento mejora la eficiencia del proceso y la calidad del producto, reduce el tiempo de inactividad y puede prolongar la vida útil de los equipos. Sin embargo, estas ventajas pueden verse ensombrecidas por el mayor coste del personal de mantenimiento, el gasto en equipos y en formación. La cuestión es cómo lograr el equilibrio adecuado.
Hay cinco tendencias que influyen sobre las estrategias de mantenimiento en las plantas de proceso:
1) El tiempo de inactividad programado o no programado es cada vez más costoso.
2) El mantenimiento debe lograr más con menos: la optimización de las plantillas y la menor oferta de personal cualificado exigen que quienes se encuentran sobre el terreno trabajen de forma inteligente.
3) Las prácticas sostenibles ganan impulso y existe la necesidad de emplear las mejores prácticas de mantenimiento para aumentar la eficiencia y la fiabilidad de los equipos.
4) Los avances tecnológicos permiten pasar del mantenimiento interno a un híbrido de mantenimiento interno y externo.
5) Las mejores prácticas de mantenimiento sirven para potenciar la ventaja competitiva con la calidad del producto y menores costes operativos.
Los recientes desarrollos en los equipos de termografía están ayudando a abordar cada una de estas tendencias y aseguran que los responsables de planta logren un buen mantenimiento. El calor, a menudo es un síntoma de avería o mal funcionamiento de los equipos y la termografía es una herramienta importante en los planes de mantenimiento preventivo, que están ayudando a los responsables de planta a evitar tiempos de inactividad programados o no programados y las tendencias que generan cambios en la estrategia de mantenimiento.
El mantenimiento debe lograr más con menos: las plantillas de personal optimizadas han de trabajar de forma inteligente
Los equipos de mantenimiento antes estaban formados por diversos especialistas en la resolución de problemas, como técnicos eléctricos, mecánicos o de instrumentación, pero la racionalización y la reducción de costes ha disminuido el número de técnicos con estas habilidades.
Una plantilla optimizada requiere equipos de mantenimiento capaces de gestionar una gran variedad de equipos de la planta. La aplicación de cámaras termográficas al mantenimiento preventivo es amplia y se puede utilizar para evaluar equipos mecánicos como motores, accionamientos y cintas transportadoras, así como la inspección eléctrica que los convierta en herramientas versátiles.

¿Qué explorar?
El primer paso en cualquier tarea de mantenimiento preventivo sería una inspección visual. Si se precisara más información, una cámara termográfica puede ayudar a descubrir perfiles térmicos en equipos mecánicos y eléctricos con el fin de localizar un problema.
Cuando se capturan imágenes infrarrojas de equipos, lo más aconsejable es llevarlo a cabo cuando funciona bajo condiciones normales. Lo ideal sería comprobar el dispositivo eléctrico en caliente y en modo estacionario con una carga mínima del 40%, teniendo en cuenta el aumento de la temperatura que ocurrirá, probablemente, cuando funcione con la carga máxima. De este modo se pueden evaluar de forma adecuada las medidas y compararlas con las condiciones normales de funcionamiento.
¿Qué buscar?
La termografía inicial exige que el técnico explore el equipo tras ser instalado y que utilice esta imagen como referencia para la búsqueda de anomalías de la temperatura en posteriores inspecciones.
Una vez establecida una referencia, se pueden aprovechar las inspecciones de tendencia térmica para comparar la distribución de la temperatura en los mismos componentes a lo largo del tiempo, ayudando así a establecer futuros planes de mantenimiento.
Se puede emplear entonces la termografía comparativa. La creación de rutas de inspección periódica que incluyan imágenes térmicas de todas las combinaciones críticas de motores y accionamientos, junto con su seguimiento en función de las imágenes de referencia, ayudarán a determinar si un punto caliente es inusual o no, así como a verificar si las reparaciones se realizaron con éxito. Cuando hay tres o más equipos funcionando bajo condiciones similares, es relativamente sencillo detectar una anomalía.
Una regla práctica es que cuando se compara un aumento de temperatura en una imagen térmica de cinco grados o más por encima de la temperatura ambiente, esta diferencia podría indicar un posible fallo eléctrico. Esta regla práctica y la experiencia constituyen a menudo la mejor orientación porque al mismo tiempo, para algunos componentes, es posible que unas temperaturas elevadas sean propias de un funcionamiento normal.
Desarrollos tecnológicos que proporcionan el mantenimiento híbrido interno y externo
Etiquetado de imágenes
La industria lleva mucho tiempo utilizando el etiquetado de activos para identificar equipos. Algunas cámaras termográficas incorporan ahora una cámara visual y firmware para que los técnicos de mantenimiento lean los códigos QR o los códigos de barras empleados para etiquetar activos, de modo que se puedan organizar adecuadamente los archivos y los documentos relacionados con ese activo. La posibilidad de añadir fotografías, texto y anotaciones de voz agiliza las inspecciones y la generación de informes de mantenimiento. Las imágenes, una vez etiquetadas, se pueden subir a un servidor y organizar por activos, de manera que los técnicos puedan hacer un seguimiento de las imágenes a lo largo del tiempo.
Soporte remoto
Una vez organizadas las imágenes de esta manera es posible hacer su seguimiento a lo largo del tiempo. Un software de monitorización del estado en línea lo lleva al siguiente nivel ya que permite a los operarios de la planta desarrollar tareas de mantenimiento híbrido, de modo que los técnicos internos están en condiciones de hacer el seguimiento, tomar medidas a través de las imágenes y cargarlas en los servidores o en la nube. También pueden contar con el soporte de técnicos externos capaces de interpretar estas imágenes, elaborar informes y gestionar las intervenciones necesarias.

Calidad de la imagen
Una cámara termográfica con una sensibilidad de temperatura mejor que 100 milikelvin (0,1 °C) proporcionará una buena calidad de imagen. Para los técnicos que trabajan con numerosos activos, disponer de una cámara termográfica les permite disponer de imágenes con enfoque manual y fijo, y por tanto de imágenes fácilmente reconocibles y de buena calidad en un gran abanico de aplicaciones.
Para que las inspecciones periódicas sean rápidas, disponer de una opción sin enfoque permite tomar las imágenes a diferentes distancias y con rapidez, mientras que el enfoque manual puede lograr una calidad de imagen superior y es posible enfocar la imagen a distancias muy cortas. La combinación de ambas proporciona la máxima flexibilidad en una variedad de inspecciones realizadas por los equipos internos.
Seguimiento de problemas intermitentes
El seguimiento de problemas intermitentes puede complicar el trabajo de los técnicos de mantenimiento que buscan la causa. Es posible aplicar el seguimiento de problemas intermitentes con equipos de termografía capaces de capturar vídeos o de realizar capturas automáticas. Estos equipos se pueden apoyar en un trípode para identificar problemas que quizás no estaban presentes en el momento de la inspección. La posibilidad de controlar el equipo termográfico de forma remota, tomar imágenes y controlar el enfoque mejora aún más la seguridad en zonas peligrosas o en espacios cerrados.
Ampliar la ventaja competitiva con un producto de calidad y menores costes operativos
El rendimiento de los equipos de monitorización puede reducir la probabilidad de que surja un tiempo de inactividad no programado, así como disminuir los costes del mantenimiento reactivo y los costes de reparación de los equipos y prolongar la vida útil de los activos de las máquinas. Prácticas sostenibles como estas, están ganando impulso y la necesidad de aplicar las mejores prácticas de mantenimiento para aumentar la eficiencia y la fiabilidad de los equipos se están viendo ampliamente reconocidas, más allá de sus beneficios en cuanto al coste.

Soluciones preparadas para el futuro
El futuro de la estrategia de mantenimiento reside en el mantenimiento predictivo gracias a su capacidad de prever fallos de los equipos en el futuro con intervenciones programadas y no programadas. Las cámaras termográficas pueden ayudar a conseguirlo; la diferencia sería una mayor frecuencia de las inspecciones, con cambios en los datos obtenidos que indicarían un posible fallo en el futuro. Las inspecciones semiautomáticas y los desarrollos de software para capturar y analizar los datos proporcionarán soluciones de mantenimiento predictivo en el futuro.